domingo, 30 de marzo de 2014

COMPONENTES DEL PENSAMIENTO LÓGICO-MATEMÁTICO

Prof. Natalia Castañón.

Un proceso que se destaca en la construcción del conocimiento en el niño es el Conocimiento Lógico-Matemático, que se desprende de las relaciones entre los objetos y procede de la propia elaboración del individuo, es decir, el niño construye el conocimiento lógico matemático coordinando las relaciones simples que previamente ha creado entre los objetos (Piaget, 1975).
Las diferencias o semejanzas entre los objetos sólo existen en las mentes de aquellos que puedan crearlas. Por tanto, el conocimiento lógico-matemático presenta tres características básicas: en primer lugar, no es directamente enseñable porque está construido a partir de las relaciones que el propio sujeto ha creado entre los objetos, en donde cada relación sirve de base para la siguiente relación; en segundo lugar, se desarrolla en la medida en que el niño interactúa con el medio ambiente; y en tercer lugar, se construye una vez y nunca se olvida.
El conocimiento lógico-matemático está consolidado por distintas nociones que se desprenden según el tipo de relación que se establece entre los objetos. Estas nociones o componentes son: Autorregulación, Concepto de Número, Comparación, Asumiendo Roles, Clasificación,  Secuencia y Patrón, y Distinción de Símbolos.
Cada uno de estos componentes desarrollan en el niño determinadas funciones cognitivas que van a derivar en la adquisición de conceptos básicos para la escolarización. Por tanto, el presente capítulo consiste en la revisión teórica de cada uno de estos componentes, descripción de la adquisición de cada una de estas nociones y de las funciones cognitivas que se ejercitan.

1. Autorregulación.
La autorregulación se ha definido de múltiples y diferentes maneras: como la habilidad de obedecer una petición; de iniciar y cesar actividades de acuerdo con exigencias de la situación; de modular la intensidad, la frecuencia y duración de actos verbales y motores en escenarios sociales y educacionales; de postergar el actuar con relación a un objeto o meta deseada; o bien de generar comportamientos socialmente aprobados en la ausencia de monitores externos (Luria, 1959, 1961; Masters, 1981; Meichenbaum & Asarnow, 1979; Mischel, 1973). A pesar de estas diferencias de enfoque, existe acuerdo general en que la autorregulación exige una consciencia de comportamiento socialmente aprobado. Por ello representa un aspecto significativo de la socialización de los niños.

En definitiva, la autorregulación ayuda a los niños a mantener los movimientos de su cuerpo bajo su control, primero mediante estímulos externos y luego mediante estímulos internos, logrando su autocontrol dentro de un contexto social (Haywood, 1992).
El proceso de desarrollo de la autorregulación va de lo simple a lo complejo. Parte del control del propio cuerpo hasta el entendimiento, conocimiento y aplicación de las normas o reglas, relacionándolas con sus experiencias pasadas y futuras para lograr integrarse sin dificultades en las actividades. El proceso de autorregulación en el niño en el programa Bright Start es el siguiente:


1. El niño escucha y entiende instrucciones y reglas.
2. El niño sigue las normas.
3. El niño compara y diferencia normas.
4. El niño clasifica e incluye normas.
5. El niño conoce la consecuencia de una o varias normas.
6. El niño soluciona problemas.

Al comparar e investigar las normas de cada juego, el niño se percata  de los otros puntos de vista posibles y de nuevas formas para jugar en armonía, hasta lograr convertirse en un resolvedor autónomo de situaciones (imagen mental)(Haywood, 1992).

El que la autorregulación exija una consciencia de comportamiento social en el niño significa que están inmersos en este concepto los procesos cognitivos que van a permitir que el niño entienda y siga las normas, relacionándose en su convivencia diaria con adultos y niños.
Las funciones cognitivas que están presentes en las lecciones de esta unidad son:

1. Escuchando y entendiendo instrucciones.
2. Relacionando experiencias pasadas con las futuras.
3. Estableciendo cantidad de reglas y normas.
4. Comparando normas.
5. Diferenciando normas.
6. Clasificando las reglas (incluyendo normas).
7. Consecuenciando una norma.
8. Solucionando un problema.

Estas funciones cognitivas permiten hacer que el niño comprenda, concientice y reflexione sobre aquellos procesos necesarios para la autorregulación, orientando su comportamiento hacia la adopción de reglas de conducta social, y por tanto, desarrollando un sentido crítico y teniendo diferentes puntos de vista en el ámbito cognoscitivo.

El proceso de autorregulación en niños preescolares es sumamente importante, ya que permite controlar sus conductas, desarrollar en ellos estructuras capaces de planificar acciones, de razonar, de actuar intencionalmente, desarrollando de esta manera un pensamiento metacognitivo en el niño (Zelazo, P; Reznick, S; y Piñón, D; 1995).

Existen ciertos autores que toman en cuenta la influencia de la autorregulación dentro del proceso de adquisición de habilidades y destrezas para la resolución de problemas y para un mejor aprendizaje.
Para Piaget (1975),  es muy importante el proceso de socialización por parte de los niños para poder desarrollar sus estructuras cognitivas, ya que dicho proceso le permite al niño entender otros puntos de vista y ponerse en el lugar del otro en diversas situaciones. El autor resalta la importancia de interacción entre los niños en situaciones de juego, permitiéndoles participar activamente en el proceso de escogencia de las reglas y normas del juego que van a regir su conducta durante la actividad (Schickendanz, J; 1994). De esta manera se concibe la autorregulación como un proceso de equilibración entre los estímulos externos y los procesos internos del sujeto, es decir, las relaciones de intercambio entre el organismo y el medio sugieren cambios constantes de ajuste entre los esquemas cognitivos del niño y las nuevas asimilaciones que debe acomodar para alcanzar estructuras cada vez más complejas que le permitan resolver problemas más eficazmente (Piaget, J, 1969).

2. Número.

Todas las investigaciones actuales acerca del pensamiento matemático en el niño se han elaborado bien por influencia o bien por reacción hacia los trabajos de Piaget (Groen y Kieran, 1983).
Según Kamii (1985), la abstracción del número es de naturaleza muy distinta a la abstracción del color de los objetos. En la abstracción de las propiedades de los objetos (abstracción empírica) el niño se centra en una propiedad determinada del objeto e ignora las otras, mientras que la abstracción del número (abstracción reflexionante) supone para él la construcción de relaciones entre objetos.

En su libro “Génesis del número en el niño” Piaget y Szeminska (1941) afirman que la construcción del número: “… es correlativa con el desarrollo de la lógica misma y que al nivel pre-lógico corresponde un período pre-numérico...efectivamente el número se va organizando etapa tras etapa, en estrecha solidaridad con la elaboración gradual de los sistemas de inclusiones (jerarquía de las clases lógicas) y de relaciones asimétricas (seriaciones cualitativas), de tal manera que la serie de los números se constituye como síntesis de la clasificación y la seriación.” (Piaget, 1987). Piaget igualmente señalaba que “...sólo una vez que las operaciones se han constituido lógicamente en el plano práctico, la numeración verbal adquiere una significación propiamente numérica.” (Piaget, 1987).

Para Kamii (1989) la teoría de Piaget contrasta con la idea de que los conceptos numéricos puedan enseñarse por transmisión social, sobre todo enseñando a los niños a contar, ya que el número debe ser construido por cada ser humano creando y coordinando relaciones.

De igual manera, Maza Gómez (1989) afirma que Piaget no consideró importante el contar para la construcción del número, afirmando que tenía un marcado origen social y su uso aparecía a su vez con un aparente desconocimiento de los fundamentos lógicos del número.

Es importante recalcar que, tal y como la afirma Baroody (1988), desde el punto de vista de Piaget es inútil enseñar el conteo y la aritmética de manera directa. Primero se deben desarrollar requisitos lógicos como “comprender las clases, las relaciones y la correspondencia biunívoca. Es decir que el desarrollo de contar y del significado y los nombres de los números sólo debe darse después de muchas experiencias de clasificación, ordenación y establecimiento de correspondencia” (Baroody, 1988).

Desde la década de los setenta han surgido diversas críticas hacia la teoría de Piaget en relación con la adquisición de la noción de número. Apoyándose en éstas, han surgido renovados esfuerzos por entender el procedimiento del conteo. Se ha ido conformando la idea de que esta actividad es compleja y encierra una variedad de recursos lógicos y psicológicos (Maza Gómez, 1989).

Desde este punto de vista, la comprensión del número evoluciona lentamente como consecuencia directa de las experiencias de contar (Baroody, 1988).
A diferencia del punto de vista anterior, este autor, sin abandonar los aspectos de fundamentación lógica, le da una mayor importancia a los recursos lógicos y psicológicos implícitos en el conteo, los cuales se convierten en el eje central del proceso (Maza Gómez, 1989).
Tomando en cuenta los aportes realizados por diversos autores sobre el desarrollo  y comprensión del número y del acto de contar, Haywood (1992) asumió este punto de vista como marco de referencia para la realización de las lecciones que integran esta unidad.

El objetivo de esta unidad es ayudar a los niños a comprender el concepto de número, es decir, que los objetos, personas y acontecimientos pueden estar relacionados unos con otros de muchas maneras diferentes, lo cual puede implicar números, relaciones ordinales y medidas.
Como inicio para el concepto de número, esta unidad introduce el concepto de correspondencia, empezando con la correspondencia “uno a uno”, donde enseñar a contar no constituye en sí mismo un fin sino una estrategia.

Es importante distinguir los conceptos de comprender y estrategia. Las estrategias son vías para llegar a hacer una cosa y deberían ser eventualmente generadas y seleccionadas por los propios niños. Comprender supone una reorganización fundamental del conocimiento que llevará al niño a un nuevo plano del desarrollo y le abrirá nuevas posibilidades de ver su mundo con una lógica creciente y de manera organizada. Por tanto, es esencial que los niños relacionen los conceptos y estrategias aprendidas en esta unidad con los acontecimientos de sus experiencias diarias.
Los procesos internos (funciones cognitivas) que se contemplan en esta unidad son:

1. Nombrando los procesos “uno a uno”.
2. Utilizando una aproximación sistemática.
3. Contando siguiendo un orden.
4. Correspondiendo objetos.
5. Comprendiendo el número cardinal.
6. Usando exactitud en el número.
7. Utilizando comparaciones.
8. Relacionando experiencias familiares.
9. Usando el contar como estrategia.
10. Utilizando los conceptos más y menos.
11. Siendo preciso y exacto.
12. Comprendiendo la conservación del número.
13. Comprendiendo la constancia.
14. Siguiendo un orden.

Como se puede observar, las funciones cognitivas señaladas se caracterizan por ir de lo simple a lo complejo y de lo concreto a lo abstracto. Esta unidad, brinda un desarrollo gradual de los conceptos numéricos y del conteo significativo, facilitando oportunidades para comprender el concepto de número.

3. Asumir roles.

La representación como operación cognitiva abarca dimensiones físicas, psicológicas y sociales. En su dimensión física la percepción depende de la propia perspectiva del individuo, como por ejemplo: cuando se mira una flor se ven cosas diferentes si se sitúa en lados opuestos. En su dimensión psicológica, la percepción depende de la actitud y de las creencias, incluso el aprendizaje puede depender de los sentimientos personales y de las experiencias anteriores. En su dimensión social, es necesario conocer especialmente las perspectiva de otra persona y ponerse en su lugar.

Esta unidad está diseñada para enseñar a los niños que lo observado depende la posición de lo que se esté mirando, y por ello que las personas tienen distintos puntos de vista o perspectivas; lo que se ve, se siente o se piensa no necesariamente coincide con lo que las otras personas ven, piensan y sienten. Por consiguiente, esta unidad plantea los siguientes objetivos:

1. Que los niños conozcan la importancia de examinar situaciones y problemas desde diferentes puntos de vista.
2. Que los niños consideren los sentimientos y puntos de vista de otras personas.
3. Que los niños sean capaces de ajustar su propia conducta para considerar diferentes puntos de vista.

Ahora bien, que el niño en edad preescolar asuma roles o utilice la empatía en diferentes situaciones, está muy relacionado con el egocentrismo, característica del pensamiento del niño descrita por Piaget. Para el autor, el niño muestra reiteradamente una relativa incapacidad para tomar la perspectiva del otro. Sin embargo, Haywood (1992) no coincide con él. Mantiene que trabajar con el niño  actividades consistentes en relación con observar distintos puntos de vista y partiendo además de material concreto a abstracto, permite desarrollar la capacidad de adaptar una conducta para cavilar distintas perspectivas.

Por tanto, la capacidad del niño para  entender las diferentes posiciones espaciales le permitirá  satisfacer la necesidad de tomar decisiones acertadas acerca de su propia conducta. Le permitirá entender cómo ésta afecta a las demás personas que le rodean, durante el proceso de interacción social, creando un clima de confianza y respeto mutuo entre sus compañeros y él.

En un inicio, la referencia espacial con objetos lo desliga de su propio ser, enfocando su atención a los objetos y reflexionando al mismo tiempo (sobre si es posible que una cosa sea vista de modo diferente de como él la ve). Posteriormente, se van complejizando las experiencias. El paso al ámbito psicológico y social permite diferenciar a otro nivel más personal los sentimientos (cómo expresarlos correctamente para ser comprendido). El niño forma así su propio criterio para la resolución de problemas, asumiendo su propia postura con madurez e incluyendo la toma de conciencia de sus sentimientos y la de los demás.
Las funciones cognitivas que se ocupan en esta unidad son:

1. Comparando.
2. Mirando cuidadosamente con precisión y exactitud.
3. Conociendo las referencias espaciales.
4. Tomando nuevas perspectivas.
5. Clasificando.
6. Comprendiendo las referencias espaciales.
7. Explorando sistemáticamente.
8. Tomando decisiones.
9. Comprendiendo el punto de vista de otras personas.
10. Tomando posiciones.
11. Haciendo hipótesis.
12. Atendiendo indicaciones relevantes.

Como se puede deducir por esta lista de funciones cognitivas, en primer lugar, el niño aprende a considerar los puntos de vista de otras personas utilizando experiencias concretas; en segundo lugar, pasa a considerar las perspectivas de los otros atendiendo a pistas que revelan cómo otras personas pueden sentir o pensar de modo distinto; y en tercer lugar, utiliza varias actividades incluidas al asumir roles (role-playing). Finalmente el sujeto aprende a considerar cómo los sentimientos de los otros pueden cambiar su conducta.

4. Clasificación.

Diversos teóricos han conceptualizado la noción de Clasificación: según Oñativa (1977), es un proceso lógico-matemático que consiste en la realización de englobamientos jerárquicos de clase. Esto implica la formación de clases según las igualdades cualitativas de los elementos a agrupar y, del mismo modo, la reunión de clases entre sí. Para Feuerstein (1980), la clasificación es la capacidad para discriminar y diferenciar objetos, sucesos, relaciones y operaciones a través de reglas verbales. Para Haywood (1992), la noción de clasificación  consiste en desarrollar la habilidad para agrupar de acuerdo a las características de color, tamaño y forma, y además la agrupación de objetos sin la visualización de imágenes.
En definitiva, las distintas definiciones apuntan a que la noción de clasificación es una operación lógica-matemática que consiste en la realización de englobamientos jerárquicos de clase, haciendo coincidir las características cualitativas y cuantitativas de los elementos.

Ahora bien, dentro de la noción de clasificación se encuentran las operaciones lógicas de composición, reversibilidad y asociación (Oñativa, 1977), que van a jugar un papel fundamental en la adquisición de la noción de clasificación. La composición está referida a la coordinación de dos esquemas mentales, los cuales originan que dos o más clases distintas pueden agruparse en una sola clase que las englobe. Con relación a la reversibilidad, Piaget (1975) plantea que las operaciones mentales son acciones reversibles cuyas estructuras tienen como base las acciones físicas interiorizadas. Las operaciones asociativas, por último, se refieren a la formación de colecciones o conjuntos que los engloba, generalmente denominada propiedad asociativa de englobamiento.

El proceso de la adquisición de la noción de clasificación, a partir de lo planteado por Oñativa (1977), Copeland (1979) y Haywood (1992), radica en tres habilidades cognitivas: la agrupación, la comparación y la inclusión de clase. Cada una de estas habilidades cognitivas está conformadas por funciones cognitivas.

-La habilidad cognitiva agrupación incluye las siguientes funciones cognitivas: la agrupación según un criterio, la agrupación según dos criterios, la agrupación según tres criterios o más criterios y la asignación de nombres a cada grupo.

-La habilidad cognitiva comparación incluye las siguientes funciones cognitivas: verbalizando semejanzas, verbalizando diferencias, comparando dos objetos y comparando tres objetos o más.
-La habilidad cognitiva inclusión de clase incluye las siguientes funciones cognitivas: nombrando al grupo al cual pertenece, nombrando varios elementos que corresponden al mismo grupo, y nombrando objetos de una categoría que pertenece a una categoría mayor.

La importancia que tiene la adquisición de la noción de clasificación en los niños radica en que sirve de base fundamental para el desarrollo de los conceptos lógico-matemáticos, ya que las nociones de clase tienen que ver con la relación de pertenencia a un grupo. A partir de estas relaciones se forman clases y éstas son fundamentales para organizar el mundo. Resultaría difícil imaginarse el pensamiento y el lenguaje si no hubiera clases. Sin ellas se tendría que manejar cada elemento aisladamente, lo que resultaría mucho menos rápido y eficaz. De hecho, la información que se maneja está siempre categorizada en clases. Desde el comienzo de su desarrollo, los niños van percibiendo semejanzas y diferencia entre los objetos y estableciendo en función de ellas clases, que, al principio, son muy amplias y que luego van discriminando en categorías cada vez más específicas. Así, como los niños exploran el mundo en el cual viven, ellos aprenden a reconocer y nombrar varios objetos que los rodean. Posteriormente estos objetos son reconocidos según sus propiedades físicas como: el color, el tamaño, la forma u otro esquema de conocimiento (Carretero, 1991).
Al igual que todas las unidades que componen el programa Bright Start, las lecciones de la unidad de clasificación van de lo simple a lo complejo: se realiza una clasificación simple de los objetos, luego se determina las razones por las que los niños clasificaron los objetos en la forma que lo hicieron, y clasifican objetos de diferentes formas.

5. Secuencia y patrón.

El concepto de patrón se define como una serie ordenada de elementos que se repiten conforme a la regla de alternar los mismos uno por uno, tomando turnos y variando una de sus dimensiones (forma, color o tamaño). El concepto de secuencia se refiere a ordenar un conjunto de objetos o eventos que ocurren a través del tiempo en forma sucesiva o lineal, es decir, una cosa viene después de la otra, siguiendo un orden estable y predecible.

Como se puede observar, tanto para el concepto de patrón como para el concepto de secuencia es necesario el descubrimiento de las reglas que rigen el orden; estas reglas juegan un papel importante, ya que le dan al individuo las pautas a seguir para lograr el orden adecuado de los objetos o eventos. Por tanto, para que el niño alcance el concepto de patrón, es importante el descubrimiento de la regla que rige el orden, es decir, lo que indica la selección y colocación de los elementos es la repetición de un modelo inicial de la serie ordenada; la regla que rige el orden a seguir dentro de una secuencia dada está determinada por la progresión de los elementos, bien sea por tamaño, color o cantidad, o, en el caso de series temporales (como la rutina diaria) es la sucesión en el tiempo de un determinado evento que viene seguido por otro.
Los conceptos de patrón y secuencia guardan una relación directa, de forma que ambos aspectos son descritos por diversos autores de forma simultánea. Esta relación es resaltada por Harcourt (1988) al plantear que “realizar patrones es una repetición de una secuencia” (Harcourt, 1988 p 15), es decir, en el momento en que un individuo realiza un patrón determinado, al mismo tiempo se encuentra ordenando dichos elementos, tomando como base la repetición.

Los conceptos de patrón y secuencia también guardan una estrecha relación con otros conceptos propuestos por Piaget para el desarrollo del proceso lógico matemático, ya que  los ordenamientos que se requieren para realizar patrones y secuencias fomentan en los niños: la habilidad de fijar su atención en los atributos de los elementos para luego organizarlos en una forma secuencial (clasificación), la capacidad de tomar en cuenta la posición que ocupa cada elemento dentro de la serie según sus características (seriación), y la habilidad de reconocer que cada elemento debe seguir un orden determinado y cómo ese patrón se repite en el momento de contar los elementos de una serie (número). De este planteamiento se desprende la posición de los patrones y las secuencias como conceptos esenciales para el adecuado razonamiento numérico.
Ahora bien, dichos conceptos cumplen con un proceso que es descrito por Carl Haywood en la Unidad 6 del programa Brihgt Start. Este autor propone diferentes tipos de patrones y secuencias con la finalidad de facilitar dichos conceptos. Estos son:

1. Copia, completa, elabora y explica patrones de alternación simple.
2. Copia, completa, elabora y explica patrones de alternación doble.
3. Patrones de uno más y uno menos.
4. Describe, ordena y explica secuencia de elementos.
5. Describe, ordena y explica secuencia de eventos.

En cuanto a patrones:
1. Patrones de alternación simple: consisten en una serie ordenada de elementos que se repiten conforme a la regla de alternar los mismos uno por uno, tomando turnos y variando una de sus dimensiones (forma, color o tamaño) (A-B-A-B).
2. Patrones de alternación doble: consiste en una serie ordenada de elementos que se repiten conforme a la regla de alternar los mismos de dos en dos, tomando turno y variando alguna de sus dimensiones (forma, color o tamaño) (AA-BB-AA-BB).
3. Patrones de uno más: consisten en una serie ordenada de elementos que se repiten conforme a la regla de añadir un elemento más dentro de la progresión tomando turnos (A-AA-A-AA).
4. Patrones de uno menos: consiste en una serie ordenada de elementos que se repiten conforme a la regla de eliminar un elemento menos dentro de la progresión tomando turnos (AA-A-AA-A).
Cada uno de los tipos de patrón son desarrollados a través de las siguientes actividades: actividades con patrones visuales, actividades con patrones auditivos (rítmicos) y actividades con patrones táctiles.

En cuanto a la secuencia:
1. Secuencia de elementos: consiste en ordenar un conjunto de objetos en  forma sucesiva, creciendo o decreciendo en tamaño.
2. Secuencia de eventos: consiste en ordenar un conjunto de eventos en forma sucesiva con una secuencia lógica.
Dentro de estos tipos de secuencia están las siguientes actividades: secuencias con figuras, secuencia con progresiones de elementos y secuencias con eventos.

A través de las actividades señaladas anteriormente, los niños tienen la oportunidad de describir, copiar, completar, elaborar y explicar diferentes tipos de patrones y secuencias, con la ayuda o intervención de un agente mediador que utiliza ciertos principios y estrategias con la finalidad de propiciar en los mismos la habilidad de resolver efectivamente los problemas dirigidos a dichos conceptos.
Al igual que en todas las lecciones de las unidades del programa, éstas presentan funciones cognitivas que se desean alcanzar, es decir, procesos de pensamiento que orientan al maestro hacia los contenidos que los individuos deben comprender, manejar y aplicar efectivamente en diversas situaciones, para así lograr el enriquecimiento de la adquisición de los conceptos de patrón y secuencia. Estas son:

1. Identificando.
2. Escuchando atentamente.
3. Utilizando referencias temporales.
4. Secuenciando.
5. Tomando información.
6. Comparando una secuencia.
7. Utilizando precisión y exactitud.
8. Estableciendo información completa y clara.
9. Utilizando una imagen mental.
10. Indagando sistemáticamente.
11. Descubriendo una regla o patrón.
12. Utilizando la ordinalidad.
13. Utilizando una regla de alternación simple.
14. Utilizando alternación doble.
15. Categorizando información.
16. Relatando experiencias pasadas y futuras.
17. Coordinando tiempo y espacio.


6. Distinción de símbolos.

Esta unidad introduce la idea de la identificación y clasificación de objetos y eventos de acuerdo a ciertas características sobresalientes, requisito previo para el reconocimiento de las letras del alfabeto (Haywood, 1992).
El propósito de las lecciones de esta unidad es ayudar a los niños en el desarrollo del hábito de observar las diferencias entre las letras y las diferencias relevantes para su identificación. Para ello, se centra en cinco diferencias básicas: líneas rectas o curvas, líneas verticales u horizontales, formas abiertas o cerradas, intersección o no de líneas y simetría o asimetría en la forma de la letra.
Además, esta unidad también ayuda al niño a relacionar las estrategias del proceso de aprendizaje, como son: la repetición de nombres para memorizarlos, espera de la respuesta, crear mentalmente una imagen para recordarla y tener en mente dos partes de una forma para resolver un problema.
Un ejemplo de las “características distintivas” es que todos los seres humanos tenemos características comunes, como es el tener dos brazos, dos piernas, una cara con ojos, nariz y boca. Sin embargo, cada ser humano es diferente del otro, es decir, no existen dos seres idénticos. Son entonces estas diferencias a las que Haywood denomina “características distintivas”, para lo cual el niño estará preparado para descubrir e identificar (Haywood, 1992).

Las características distintivas o la distinción de símbolos son útiles en múltiples aspectos, tales como: la lengua, los sonidos y las letras. El aprender a diferenciar un sonido de otro y a identificar las letras se relaciona con el aumento en la habilidad de detectar propiedades y patrones a los que antes no se había respondido. De este modo, se aprende la manera de distinguir las diferencias entre los sonidos y las letras.
Ahora bien, es necesario destacar el proceso que los niños necesitan para construir el conocimiento de los símbolos gráficos (palabras), los cuales se usan para representar cosas. El niño aproximadamente a los cuatro años de edad, ya domina ampliamente el lenguaje hablado, y además, entiende lo que escucha cuando se usa el vocabulario que conoce, lo que facilita el desarrollo conceptual. Es decir, cuando ha adquirido la capacidad de representar internamente las experiencias, es cuando comienza a construir el lenguaje hablado y, a medida que éste evoluciona se da un desarrollo paralelo con el desarrollo conceptual. Por ello se puede señalar que el desarrollo cognitivo facilita el desarrollo del lenguaje. Es necesario haber adquirido un conocimiento antes de poder expresar ese conocimiento en lenguaje. En este mismo sentido Dale (1976) afirma “el niño puede hablar sólo sobre lo que conoce”.

En este orden de ideas, Piaget afirma que el desarrollo intelectual evoluciona antes que el desarrollo del lenguaje. Esta afirmación es sustentada partiendo de la idea de que el lenguaje es una forma de representar objetos y acontecimientos, lo que supone el uso de signos verbales en el pensamiento interno. Además, considera que la representación interna facilita el aumento de las aptitudes del pensamiento, tanto en el alcance como en la velocidad. Es decir, en la etapa sensoriomotor el niño tiene que efectuar acciones para poder “pensar”, por lo que la experiencia del niño se realiza a la misma velocidad que efectúa el movimiento. En cambio, en la etapa preoperacional el pensamiento no surge por las simples acciones, sino que aumenta la velocidad del pensamiento representativo con respecto al pensamiento vinculado al movimiento (Wadsworth, 1991).

Esta unidad presenta principalmente cuatro funciones cognitivas que facilitan el proceso de pensamiento en el niño para la distinción de símbolos, las cuales son:

1. Comparando
2. Estableciendo una imagen mental
3. Memorizando visualmente
4. Atendiendo

La comparación se refiere a “...la capacidad que muestran algunos individuos para organizar y planificar la información cuando se les presenta, bien en la vida ordinaria o bien en el aprendizaje sistematizado” (Prieto, 1989).

La imagen mental es “la capacidad para establecer relaciones entre sucesos y objetos situados en el espacio”, es decir, “la topografía corporal y las relaciones de izquierda/derecha, arriba/abajo, delante/detrás y dentro/fuera” (Prieto, 1989).

La memoria se refiere a “...la capacidad de combinar elementos de los campos visuales presentes y pasados en un solo campo de atención visual. La memoria del niño no sólo hace que los fragmentos del pasado sean válidos, sino que acaba convirtiéndose en un nuevo método de unir elementos de la experiencia pasada con la presente” (Vigotski, 1979).

La atención es la “capacidad para utilizar diferentes fuentes de información a la vez. Esta función es la base para establecer relaciones entre objetos y sucesos. (...) Este proceso cognitivo implica una selección cuidadosa y esmerada de todos los datos que llevarán a la respuesta correcta” (Prieto, 1989).
A través de estas funciones cognitivas se logra el proceso de desarrollo de la lecto-escritura, logrando así la distinción de símbolos.


7. Tiempo.

Para Piaget e Inhelder (1968), el concepto de tiempo se desarrolla paralela y conjuntamente con otras nociones del conocimiento lógico-matemático, tales como el “movimiento, la velocidad y el espacio”. Estas nociones son literalmente consideradas como construcciones que no se encuentran “a priori” en la mente del niño, sino que requieren de una construcción ontogénica, lenta y gradual.
Así mismo, Kamii (1985) señaló que el desarrollo del concepto de tiempo es un proceso activo, que se construye debido al establecimiento de diversas relaciones.

Otro autor que ha trabajado este concepto es Elkind (1967), que planteó que los niños no poseen un concepto de tiempo tan elaborado como el de los adultos, ya que ellos interpretan los eventos temporales de una forma diferente. Las nociones de pasado, futuro y aún la de duración son diferentes para los niños más pequeños, para los niños mayores y para los adultos. Para los sujetos en edad preescolar, el concepto de tiempo no tiene diferencias claras con los de espacio y tiempo.

La construcción del concepto de tiempo implica la elaboración de un sistema de relaciones. La noción de secuencia constituye uno de sus puntos de origen, el cual se va especializando y haciéndose cada vez más objetivo.

Todo este proceso se explica a través de la teoría de los estadios planteada por Piaget (1946). Cada estadio se caracteriza por la aparición de nuevas estructuras y de caracteres momentáneos o secundarios que se van modificando y reestructurando a través de las diversas etapas y cuya construcción lo distingue de los estadios anteriores. Lo esencial de cada construcción subsiste en el curso de los estadios ulteriores en forma de sub-estructuras los cuales habrán de ser reorganizadas para forma nuevas estructuras.

Entre los 2 y los 7 años de edad (V estadio: las series subjetivas), los esquemas de acción existentes se van desarrollando y ampliando a través de diversos procesos como son: la repetición, que ayuda a consolidar y proporcionar mayores posibilidades de cambio; la generalización, que permite ampliar y extender el rango de aplicación; y la diferenciación, que consiste en la división de un esquema inicialmente global en varios esquemas nuevos, iniciándose así el pensamiento preoperacional y la construcción de los pre-conceptos (Flavell, 1989).

El pre-concepto de tiempo, que se encuentra en proceso de construcción y diferenciación por las características del pensamiento del niño, sufre diversidad de cambios:

1.  El tiempo llega a ser el medio general que engloba tanto al sujeto como al objeto, quizás como consecuencia de la construcción de los pre-conceptos, los cuales se encuentran íntimamente ligados al desarrollo de los primeros signos vitales.
2.  El niño es capaz por primera vez de elaborar una serie objetiva, es decir, de ordenar en el tiempo los acontecimientos exteriores y no sólo las acciones propias y sus prolongaciones.
3.  El egocentrismo irreversible conduce al tiempo local, sin velocidad, a ese tiempo que caracteriza un solo móvil a la vez y que descuida las diferencias de velocidades por no poder vincular varios puntos de vista simultáneos.

 En suma, el egocentrismo y la irreversibilidad constituyen dos aspectos complementarios de una misma incoordinación, que explica por sí misma la indiferenciación del orden temporal y del orden espacial, sometidos ambos a las limitaciones de las perspectivas inmediatas.
 Ahora bien, en lo que se refiere al programa Bright Start, no aparece la noción de tiempo explícitamente como una unidad, pero si está presente de manera implícita en todas las unidades del programa, específicamente en las funciones cognitivas, tales como:

1.  Conociendo la secuencia de una o varias normas.
2.  Relacionando experiencias pasadas con las futuras.
3.  Consecuenciando una norma.
4.  Relacionando experiencias familiares.
5.  Siguiendo un orden.
6.  Utilizando referencias temporales.
7.  Secuenciando.
8.  Relatando experiencias pasadas y futuras.
9.  Coordinando tiempo y espacio.

 Estas funciones cognitivas permiten comprender el concepto de tiempo. Como se puede observar, las funciones cognitivas señaladas se caracterizan por un desarrollo gradual facilitando la oportunidad de impulsar, en el individuo en edad preescolar, dicho concepto.


8. Espacio.

 Para Piaget (1975), la noción de espacio se comprende, en un principio, en función de la construcción de los objetos: sólo el grado de objetivación que el niño atribuye a las cosas permite ver el grado de exterioridad que puede conceder al espacio.
Para el niño en edad preescolar, el espacio parece una colección de “espacios separados”, cada uno concentrado en una actividad. Con el tiempo el infante aprende que existe un espacio único y objetivo, dentro del cual están contenidas las interrelaciones de los objetos, e incluso, del mismo sujeto (Flavell, 1989).

Durante la etapa preescolar (de 3 a 7 años), la concepción del espacio está estrechamente ligada a la acción. Sin embargo, el niño puede ver una cosa en relación con otra y es capaz de observar la proximidad, la separación, el orden y el contorno en los objetos (Copeland, 1979).
Aunque el niño comienza a darse cuenta de que existen diferentes puntos de vista de un objeto, no puede comprender cómo éstos están relacionados con su propia posición en el espacio y cómo los desplazamientos de otros objetos en el espacio se relacionan con él mismo. Debido a su característica egocéntrica, realiza las tareas con relación a sus propias acciones como si éstas fuesen únicas (Piaget, 1937).

Los niños de esta etapa continúan realizando exploraciones muy activas, de las cuales Piaget (1975) concluye que la formación de imágenes mentales u otras representaciones de los cuerpos son el resultado de una abstracción de las propiedades de los objetos mientras el niño los manipula.
Al igual que el componente lógico matemático de tiempo, la noción de espacio no está contemplada como una unidad en el programa Bright Start, sino que es considerada en todas las unidades manifestándose en las siguientes funciones cognitivas:

1.  Siguiendo un orden.
2.  Conociendo las referencias espaciales.
3.  Tomando nuevas perspectivas.
4.  Comprendiendo las referencias espaciales.
5.  Tomando posiciones.
6.  Relatando experiencias pasadas y futuras.
7.  Coordinando tiempo y espacio.

 Las funciones cognitivas anteriormente descritas orientan y guían la comprensión en el niño de aquellos procesos necesarios para adquirir la noción de tiempo y contribuyen en el desarrollo del sujeto en este aspecto.


9. Investigaciones con relación a los componentes del pensamiento lógico-matemático.

Entre las investigaciones realizadas sobre el desarrollo del pensamiento lógico-matemático se encuentra la de Heller y Croes (1988). Estos investigadores realizaron un estudio con la finalidad de explorar la relación existente entre el concepto de número y el rendimiento en problemas de suma y de resta basado en la teoría de Piaget. Llegaron a la conclusión de que la probabilidad de alcanzar calificaciones sobresalientes en cuanto a la resolución de problemas de suma y de resta en el primer grado (Educación Básica) es mayor si los niños dominan las nociones lógico-matemáticas en general. Estos resultados fueron obtenidos en forma cualitativa.
Así mismo, González y Langer (1993) realizaron un estudio donde deseaban determinar si el ejercicio de juegos interactivos digitales favorecía el desarrollo de las nociones de relaciones espaciales. Los resultados arrojaron que los niños que presentaban altas puntuaciones en los juegos electrónicos a su vez obtenían un alto rendimiento en el test de espacio implementado. Estos resultados se sustentaron en lo propuesto por Piaget en su teoría constructivista donde plantea que la experiencia previa del individuo le permite el desarrollo de habilidades futuras (Piaget, 1970).


Estos dos hallazgos se relacionan con la presente investigación en que ambas plantean cómo la experiencia y la adquisición de conceptos matemáticos proveen a los individuos de herramientas para lograr desarrollar habilidades más complejas.

Por otro lado, la investigación realizada por Fivush, Kuebli y Clubb (1992) apunta cómo el orden temporal y la variabilidad de los eventos influyen en el desarrollo representacional de los mismos, en niños de 3 y 5 años. Los resultados obtenidos indicaron que la estructura de los eventos del mundo tiene una influencia importante en la capacidad de los niños para representar un cuento después de una experiencia y en la manera como ésta capacidad continúa desarrollándose como función, por la que los niños realizan de manera cada vez más lógica la conexión de los eventos, organizándolos temporalmente.

Ahora bien, se han realizado investigaciones de cada uno de los componentes del pensamiento, como son: autorregulación,  número, espacio y tiempo, clasificación, asumir roles, secuencia y patrón, y distinción de símbolos. Las mismas revelan resultados favorecedores para el desarrollo cognitivo del niño.

Con relación a la autorregulación, Zelapo, Piñón y Reznick (1995) realizaron un estudio de tipo cualitativo donde se pretendía conocer las respuestas y el control de las mismas al ejecutar ejercicios con reglas verbales en niños de dos años y medio. El resultado de la investigación reveló que las reglas que fueron expresadas e internalizadas por los niños fueron reflejo del control que ellos realizaron sobre sí mismos más que resultado de una flexibilidad representacional.

En este mismo sentido, Dunn, Brown, Slomkowski, Telsa y Youngblade (1991), llevaron a cabo un estudio cualitativo con niños de 33 a 40 meses que tuvo como objetivo determinar las diferencias individuales que se presentan en los niños para comprender los sentimientos de otros y su habilidad para exponerlos verbalmente en términos creíbles; los resultados soportaron un punto de vista que refleja la adaptación del mundo real a los individuos con un avance en su conocimiento social al interactuar y explicar sus relaciones personales con otros niños y con familiares logrando así el crecimiento y entendimiento social.

Estos resultados coinciden con la investigación realizada por Brownell y Carriger (1990), donde se fundamenta que en los niveles de cooperación que se comienzan a manifestar a partir de los dos años y la posible relación que existe al diferenciar su propia visión de los agentes externos. Los resultados reflejan que los niños fueron capaces de autorregular su comportamiento durante las experiencias de aprendizaje  y también lograron una mayor capacidad de cooperación representada a través de las actividades.

En la misma línea, Brooks (1992) investigó la influencia que tienen las experiencias de aprendizaje mediacionales dentro del desarrollo de conductas autorreguladas. Su metodología consistió en observar las conductas de la maestra y sus alumnos en el aula durante un mes. Sus resultados fueron los siguientes:
a)  las experiencias de aprendizaje estimulan el desarrollo de conductas controladas por parte de los niños, cuando la maestra les proporciona problemas implícitos dentro de las actividades, los cuales ellos tienen que resolver al interactuar con otros.
b) la conducta autorregulada tiene dos componentes: saber cuál es la manera más adecuada de comportarse y lograr comportarse realmente de esa manera, esto se demuestra cuando la maestra proporciona a los niños información previa acerca de un comportamiento deseado, para posteriormente permitirles elegir el comportamiento más adecuado.

Con respecto al concepto de número, varias investigaciones revelan la incidencia de este concepto en el aumento de habilidades cognitivas y funciones cognitivas del niño en edad preescolar.
Sophian, Wood, y Vong (1995) realizaron una investigación cuantitativa en que a través de dos experimentos se examinó la habilidad de los niños entre 3 y 4 años de edad para dibujar las correspondencias que existen entre un número determinado de elementos en diferentes condiciones. Los resultados revelaron que los productos deficientes de los niños fueron efecto de la falta de estrategias (aplicación de reglas) al resolver problemas de conteo.

También Becker (1993) en un estudio de tipo cualitativo, presentó a niños de 4 y 5 años de edad dos ejercicios con material concreto donde éstos debían demostrar la correspondencia de términos sin el uso del conteo memorístico. Los resultados determinaron que los niños lograron la noción numérica sin tener que utilizar más que la percepción visual y la relación de los números que conocen.

Estos resultados coinciden en escencia con los de Byrnes y Wasik (1991) quienes en un estudio cuantitativo que tuvo como finalidad de experimentar el procedimiento del conocimiento lógico-matemático y de su dominio por parte de los niños, llegó a la conclusión que la base de los errores matemáticos reside en la referencia con los símbolos que se deben manejar para lograr los conceptos. Por lo tanto, el conocimiento conceptual numérico aportará una interacción dinámica entre el conocimiento y los símbolos para que se logre la resolución de problemas matemáticos.

Por tanto, si el niño en edad preescolar ejercita adecuadamente el concepto de número, ello implicaría una base para la formación de conceptos necesarios para la escolaridad, que cognitivamente  garantiza el éxito escolar.

Respecto al componente lógico-matemático de Asumir el Papel o Rol, que tiene gran relación con la característica del pensamiento de irreversibilidad descrita por Piaget (reseñada en capítulos posteriores), Craton, Elicker, Plumer, y Pick, (1990) ejecutaron un estudio con niños de 4, 6 y 8 años de edad, a los cuales se les administró ejercicios de nociones espaciales con una direccionalidad. Concretamente se les pidió a los niños que especificaran verbalmente la colocación de los juguetes escondidos bajo tazas idénticas. Los resultados arrojados indicaron que los niños de 4 años de edad utilizaron un punto de referencia personal (ellos mismos o la persona que los escucha); los niños de 6 años utilizaron como estrategia de conocimiento la lateralidad (izquierda y derecha) para especificar las dimensiones y por último, los niños de 8 años una mezcla de ambas (referencia a sí mismos y a su lateralidad).

Por lo que respecta al concepto de clasificación, Thompson (1994) se propuso conocer la naturaleza de la clasificación perceptual en niños de 4 a 10 años de edad y en adultos jóvenes, a través de un estudio, donde se utilizaban reglas que incluyen similitud, dimensiones de tamaño, identidad y combinaciones de las mismas. Los resultados indicaron que la mayoría de los niños tiende a utilizar con una mayor frecuencia las características perceptuales de tamaño, color o forma al realizar sus juicios clasificatorios, lo que para lograr resultados adecuados requiere de una consistencia en el uso de la regla de clasificación.

Por otro lado, a partir de investigaciones previas que indicaron que los niños preescolares no distinguen al categorizar entre las propiedades o características que podían  ser generalizables y las que no, Kalish y Gelman (1992) realizaron varios estudios con niños de 3 años para conocer las propiedades que se utilizaban al categorizar los elementos y las habilidades que se emplean al clasificar. Los resultados revelaron que (dependiendo del conocimiento de los elementos) la habilidad para organizar los elementos se pone en relación con las categorías que son relevantes y no dependiendo de la situación en la cual se encuentran los elementos.

Con relación al concepto de patrón y secuencia, Hudson, Shapiro y Sosa (1995) realizaron un estudio con niños de 3 a 5 años donde los mismos debían planear anticipando eventos familiares incluyendo los diferentes percances que puedan ocurrir al llevarlo a cabo. Demostraron que a medida que los niños en edad preescolar tienen mayor contacto con la planificación son capaces de prevenir situaciones reestructurando el medio ambiente. En las diferencias en el desarrollo de los eventos se refleja  la habilidad que adquieren los niños para representar dichos eventos mentalmente y al prevenir planes sobre los eventos del mundo real que les afectan.

En alusión al concepto de Distinción de Letras y Símbolos, Marzolf y Deloache (1994), a partir del planteamiento de que el uso creativo y flexible de los símbolos es una habilidad únicamente humana, llevaron a cabo un estudio que pretendió conocer las relaciones entre los símbolos y lo que los mismos representan para los niños entre 2 y 3 años de edad. Los investigadores concluyeron que enfocar la experiencia temprana con los símbolos que se conocen contribuye a que los niños reconozcan la relación de los mismos entre objetos, eventos y símbolos.

En lo que se refiere al concepto de tiempo, Smith (1984), en un estudio realizado con 288 niños de 5 meses de edad, demostró la capacidad de éstos de repetir información temporal y organización temporal, observando que los niños que habían recibido un entrenamiento previo, aparentemente eran capaces de utilizar la organización dentro de una secuencia de información, repitiendo la secuencia estructurada.

En este mismo sentido, Raynor (1974), Atkinson (1976) y Nuttin (1977) concluyeron que la orientación del individuo en el tiempo se considera como un instrumento básico capaz de facilitar la selección de metas y la adecuada distribución de las acciones y esfuerzos en el tiempo. Esto fue comprobado por Esqueda (1981), quien realizó un estudio referente al locus de control y la estimación subjetiva del tiempo, trabajando con 44 estudiantes regulares del curso introductorio de Psicología de la U.L.A. (Universidad de los Andes). A través de este estudio se demostró que los sujetos de alta internalidad o cuyo locus de control es interno, realizaban estimaciones más precisas del tiempo, ya fuera en situaciones estructuradas o no estructuradas, adaptándose así de manera más adecuada a los cambios y utilizando mejor el tiempo del que disponen para permanecer en control de sus acciones. A esta característica se le puede agregar la capacidad de crear pautas propias más eficientes para orientarse en el tiempo y aprovechar mejor tanto las situaciones de tareas estructuradas como las situaciones de tareas no estructuradas.

Respecto al componente lógico-matemático de espacio, varias investigaciones han señalado que constituye la base primordial de muchas nociones desarrollables en la vida de un individuo. Crano y Johnson (1991) indican que el entrenamiento de habilidades espaciales mejora la comprensión de la lectura.

Para comprobar lo anteriormente expuesto, se realizó una prueba durante seis semanas a 120 adolescentes en edad escolar, 70 hombres y 50 mujeres de 17 años de edad, pertenecientes a un nivel socio-económico bajo, cuyo nivel de comprensión lectora era inferior en 3 o 4 años en comparación con la actuación de sus mismos compañeros según un test de lectura efectuado a nivel nacional. Estos fueron divididos al azar en tres grupos, a los cuales se aplicaron condiciones diferentes: el primer grupo, recibió solamente un programa remediador de lectura; el segundo grupo, además del programa recibió un entrenamiento de habilidades espaciales; y el tercer grupo, sirvió como grupo control. Los resultados mostraron diferencias significativas en las aptitudes alcanzadas en el test, favoreciendo a los participantes del entrenamiento de espacio sobre los otros dos grupos. En efecto, este segundo grupo logró una mayor habilidad lectora con respecto a la velocidad, vocabulario y comprensión, corroborando de esta manera la hipótesis inicial planteada: existen diferencias en las respuestas del grupo que recibió entrenamiento espacial con respecto a los demás grupos.
Otros estudios realizados, Bley y Thorton (1981) indicaron que estudiantes que tenían dificultades con relaciones espaciales, tendrían también dificultades en la visualización del sistema numérico cuando es presentado en forma geométrica. Igualmente, Lyns (1990) determinó que las dificultades que presentan los adultos al ejecutar tareas de horizontalidad, se deben a vacíos en las nociones espaciales.

Es importante aclarar que los componentes del pensamiento lógico-matemático no se trabajan aisladamente. Todo lo contrario, se complementan unos con otros. Así lo demostraron Harris, Kavanaugh y Meredith (1994). Según un estudio realizado con niños de 25 a 39 meses para conocer la comprensión de episodios que ocurren con un patrón determinado al pretender una situación real (dramatizar), concluyeron que el incremento de la capacidad de los niños para prever situaciones parte de asumir roles o de representar eventos. En este mismo sentido, Hall y Waxman (1993), basándose en una investigación sustentada en dos experimentos con niños de 3 años y medio de edad, demostraron la importancia de la cuantificación para la comprensión de la palabra dentro de un contexto.

Las investigaciones anteriormente expuestas, muestran la importancia de los componentes del pensamiento lógico-matemático en el desarrollo cognitivo del individuo en edad preescolar y escolar, y destacan que la sistematización en la aplicación de actividades o estrategias potencian al sujeto en torno a esta área.
En conclusión, este estudio considera el programa Bright Start un instrumento valioso dentro del ámbito educativo ya que incide en el aumento de las habilidades relacionadas con los componentes del pensamiento lógico-matemático, los cuales son conceptos básicos necesarios para toda trayectoria escolar. Por ello, su intención es estudiar, mediante la presente aplicaciión experimental, su funcionalidad y practicidad en Venezuela.


Fuente: http://ares.unimet.edu.ve/didactica/ncastanon/Cognitivo/Semana4/Componentes%20del%20pensamiento.doc

DESARROLLO DEL PENSAMIENTO LÓGICO-MATEMÁTICO EN LA EDUCACIÓN INICIAL

El estudio sobre el desarrollo del pensamiento lógico-matemático en los niños ha sido motivo de múltiples investigaciones en el área de la educ

ación inicial. De manera especial, los aportes ofrecidos por la teoría biogenética de Piaget han constituido un importante elemento de referencia para abordar el proceso de enseñanza – aprendizaje en este nivel educativo. Sin embargo, a la luz de la dinámica de la reorientación curricular de la educación preescolar y/o inicial emprendida recientemente en Venezuela, resulta interesante reflexionar acerca de la praxis educativa que desde el aula preescolar desarrollamos con el fin de propiciar el avance del pensamiento lógico-matemático en el niño, y sugerir algunas ideas que podrían enriquecer la acción del docente en torno a este aspecto.
Conocimiento lógico-matemático: el cual a diferencia de los anteriores tiene un origen endógeno, es decir, depende del desarrollo de estructuras cognoscitivas que le permitan al individuo establecer relaciones mentales, creadas por el sujeto, entre los objetos. Está vinculado con los procesos de clasificación, seriación, número (con las relaciones que implica: conservación de la cantidad y correspondencia término a término), las relaciones espacio-temporales y la representación.
Como puede apreciarse, el conocimiento lógico-matemático requiere de estructuras mentales que permitan al sujeto realizar lo que Piaget denominó abstracción reflexiva. Las acciones del niño sobre el mundo que le rodea, le permiten ir progresivamente de lo concreto a lo abstracto, de lo simple a lo complejo. El conocimiento lógico-matemático constituye un dominio específico que se desarrolla a partir de las acciones interiorizadas del niño, derivadas de la construcción reflexiva que realiza a partir del establecimiento de relaciones al interactuar con el medio que le rodea. Durante la etapa preescolar este pensamiento está muy ligado a las percepciones del niño, lo que hace que tenga algunas restricciones para el desarrollarlo plenamente.
Fuente: Aula Abierta, Profesora Carolina Blanco (http://rynes-elmundodelossueos-rynes.blogspot.com)
UPELInstituto Pedagógico de Caracas

sábado, 29 de marzo de 2014

Aprender a Guía comprensión matemática de niños en edad preescolar: Crecimiento Profesional del Maestro

Anna Kirova 
Universidad de Alberta
Ambika Bhargava
Universidad de Oakland

Abstracto

El Consejo Nacional de Profesores de Matemáticas hace hincapié en que los niños pequeños necesitan oportunidades basados ​​en el juego para desarrollar y profundizar su comprensión conceptual de las matemáticas. Desde una perspectiva socio-constructivista, el aprendizaje es más probable que ocurra si los adultos o compañeros más competentes median las experiencias de aprendizaje de los niños. Destacando tanto el las perspectivas curriculares de desarrollo y, en este artículo se centra en el papel del profesor en la orientación de aprendizaje matemático de los niños preescolares mientras juegan con materiales de uso cotidiano. El crecimiento profesional en tres áreas fue identificado como crítico en el aprendizaje de los maestros para guiar el aprendizaje de conceptos matemáticos de los niños pequeños. La primera es la capacidad de reconocer el de los niños demuestra comprensión de los conceptos matemáticos, la segunda es la capacidad de utilizar el lenguaje matemático para guiar su progreso de entendimiento comportamental al representacional de conceptos matemáticos, y la tercera es la capacidad de evaluar de manera sistemática la comprensión infantil de los conceptos matemáticos. Listas de control de rastreo el desarrollo de tres conceptos-uno-a-uno matemáticos fundamentales correspondencia, clasificación y seriación, se proponen como herramientas para los maestros monitorear el aprendizaje de conceptos matemáticos de los niños en edad preescolar y planificar experiencias de aprendizaje apropiadas dentro de las zonas de desarrollo próximo de los niños. La creación de un entorno que está matemáticamente empoderando y mediar experiencias de los niños en este ambiente establecen las bases para la construcción, modificación y la integración de los conceptos matemáticos en los niños pequeños.

Introducción

Laura acaba de terminar de leer el cuento "Ricitos de Oro y los tres osos" a su clase de preescolar.Ella anuncia que ha llegado el momento para el juego libre. Cuatro años de edad, Rachel mira alrededor de la habitación por un tiempo y se acerca al centro de juegos / limpieza de habitaciones dramático. Hoy este centro está equipado con muñecas, otros juguetes blandos, vasos, platos, cubiertos de plástico, artículos de comida de plástico, una mesa, sillas, y un poco de ropa de vestir. Rachel toma una camisa de gran tamaño y se desliza sus pies en los "zapatos de la momia".A continuación, saca tres osos de peluche de diferentes tamaños de la colección y las coloca alrededor de la mesa. A medida que los asientos de los osos en tres sillas, murmura en voz baja: "Tú eres Papá Oso" (recogiendo el oso más grande), "usted es el oso de la momia" (recogiendo el oso de tamaño medio), "y usted es Baby Bear "(recogiendo el oso más pequeño). Rachel y luego va a la estantería y saca un plato y lo coloca ante Papá Oso, ella regresa a la plataforma para conseguir un segundo plato y lo coloca antes de Mamá Osa, y luego se hace un último viaje para recoger un plato para colocar antes de Baby Bear. Siguiente Rachel va a la estantería y recoge una colección de cucharas de diferentes tamaños. Ella ahora se une a los 5 años de edad, Tiffany, que le dice que el oso más grande necesita la cuchara más grande, el medio de llevar la cuchara a medio, y el bebé llevan la cuchara pequeña. "Recuerde, como la historia osos Sra. Laura nos leyó."Rachel mira a Tiffany y luego a las cucharas, luego coloca aleatoriamente una cuchara antes de cada oso. Tiffany toma inmediatamente una y reorganiza las cucharas de acuerdo con el tamaño de los osos. Rachel mira durante unos segundos y luego se aleja.
Aunque la observación de un episodio de juego como este no sería inusual en muchas aulas de preescolar, tenía un impacto particularmente fuerte en cómo Laura entiende el conocimiento matemático de sus estudiantes.Como nuevo miembro del capítulo local del Consejo Nacional de Maestros de Matemáticas (NCTM), Laura se interesó particularmente en el desarrollo de los conceptos matemáticos en sus estudiantes. Se dio cuenta de que el crecimiento más notable de los conocimientos matemáticos se produce entre los pre-kinder y grado 2 niveles y que era especialmente importante en este momento para centrarse en la orientación del desarrollo de los conceptos matemáticos fundamentales de los niños. Sin embargo, la falta de un acuerdo-en el currículo de matemáticas de preescolar hecho difícil para Laura decidir qué conceptos son los más apropiados para sus hijos en edad preescolar. Al igual que muchos otros maestros, Laura luchó para darle sentido al desarrollo de la educación matemática de sus estudiantes y relacionarlo con sus decisiones de instrucción (Franke y Kazemi, 2001). Ella escribió en su diario:
La enseñanza de las matemáticas ha sido siempre fuera de mi "zona de confort". Muchos juegos de matemáticas comerciales y el docente, incluyendo conjuntos de animales, frutas, vehículos, formas, tablero de juego de contar, juegos de clasificación a bordo, y varios hilanderos y dados grandes, son útiles para reforzar la correspondencia uno-a-uno, la clasificación y la seriación . Sin embargo, mientras utiliza al azar y de manera aislada, estos juegos no pueden ayudar a los niños a entender completamente los conceptos matemáticos que se construyen en. Tengo que ir más allá de proporcionar alguna forma de aprendizaje de las matemáticas, y yo realmente necesita tener un plan de estudios de matemáticas bien pensada. He tratado de actividades de matemáticas que yo esperaba que promover el aprendizaje. Me graficar con los niños en una gran alfombra. Hice que cada quitan un zapato y deciden por el color donde se debe colocar. Era una actividad que me pareció que sería divertido y práctico, pero los niños estaban inquietos y aburridos. Me propuse manipulativos pequeños con atributos similares y dejar que los niños exploren y ordenar en tazones.Les animé a traer colecciones de hojas para la mesa de ciencia y discutí color y forma. Aunque los niños estaban explorando los materiales, fui desafiado a encontrar una manera de evaluar lo que los niños están aprendiendo y cómo desarrollar aún más sus conocimientos.
Como se desprende de esta entrada del diario, Laura sintió la necesidad de un sólido marco conceptual que tenga en cuenta las características del desarrollo de los niños en edad preescolar y que indicaría entornos que fomenten las habilidades matemáticas naturales de los niños. Este marco podría ayudar a Laura a decidir qué conceptos matemáticos eran apropiados para sus estudiantes y el orden en el que deben ser enseñados. Laura se dio cuenta de que estas decisiones tenían que ser sobre la base de su conocimiento del desarrollo de los conceptos matemáticos y en una evaluación adecuada de los conocimientos matemáticos de los niños. También se dio cuenta de que los programas preescolares necesitan para ampliar y profundizar el conocimiento conceptual que los niños ya han desarrollado los 3 años de edad (Payne, 1990). (2000) las nuevas normas del NCTM recalcan que todos los niños en edad preescolar necesitan oportunidades para explorar sus matemáticas del mundo y la experiencia a través del juego. Sabiendo eso, sin embargo, dejó a Laura con más preguntas que respuestas. Ella escribió en su diario:
¿Cómo puedo utilizar los materiales de juego y el juego para mejorar el aprendizaje de los conceptos matemáticos primarios de los niños? Como facilitador del aprendizaje, ¿cómo puedo participar a los niños en actividades que les permitan construir aún más los conceptos matemáticos? ¿Cuál es el orden en el que se desarrollan los conceptos de matemáticas? ¿Cuáles son los conceptos de matemáticas de primaria y habilidades que los niños en edad preescolar necesitan desarrollar con el fin de construir una base sólida para su éxito posterior en matemáticas en la escuela? ¿Cómo puedo asegurarme de que me proporcionan oportunidades para que cada niño como un individuo para aprender a su propio ritmo? ¿Qué tipo de evaluación continua será de gran ayuda en la planificación de currículo de matemáticas apropiadas para el desarrollo? ¿Cómo puedo ampliar aún más los conocimientos y las habilidades matemáticas de los niños mediante la mejora de mi propia práctica y desarrollar mis conocimientos en la enseñanza de las matemáticas?
La observación de Laura del episodio de juego que involucró Rachel y Tiffany ayudó a centrar su trabajo en las siguientes preguntas específicas:
  • ¿Qué conceptos matemáticos hicieron Rachel y Tiffany exhibición durante su juego?
  • ¿Cómo puedo guiar su aprendizaje de manera que su comprensión de estos conceptos progresa a un nivel superior?
  • ¿Hay otros niños en mi clase en la misma etapa que Rachel con respecto a algunos de estos conceptos?
Con estas preguntas en mente, Laura empezó su proyecto de maestría. Porque teníamos un interés científico en el aprendizaje temprano de conceptos matemáticos, nos hicimos las directoras de Laura. En ese momento, nuestra investigación se encuentra en etapa de desarrollo de una serie de herramientas de evaluación y maestros amigable que facilite la planificación curricular en el área de contenido de las matemáticas. Este proyecto fue una oportunidad emocionante para Laura para profundizar su comprensión del aprendizaje de las matemáticas de los niños pequeños. Para nosotros, el proyecto de Laura era como una oportunidad para poner en práctica y documentar el uso de estas herramientas en un aula de preescolar y de recibir su retroalimentación sobre su pertinencia y utilidad para una evaluación continua del desarrollo de los conceptos matemáticos primarios de los niños pequeños. Como supervisores de Laura, hemos podido documentar, a través de observaciones y análisis de sus entradas del diario, cómo su pensamiento sobre el aprendizaje de los niños pequeños de los conceptos matemáticos desarrollados, y cómo su comprensión acerca de la necesidad de adaptar el currículo, instrucción y evaluación creció. En este artículo, nos centraremos en las principales áreas de crecimiento en el desarrollo profesional de Laura que creemos que puedan ser de utilidad para el crecimiento de otros maestros de preescolar.

Aprender a reconocer comprensión cabal de los niños de los conceptos matemáticos

La primera y más importante etapa en el crecimiento profesional de Laura fue su mejorada capacidad de identificar de los niños demostró comprensión de los conceptos matemáticos. Su observación de Rachel y recreación de Tiffany de la historia de "Ricitos de Oro y los tres osos" dirigen la atención de Laura a los "impresionantes fortalezas matemáticas informales" (Baroody, 2000, p. 61) de que los niños traen a la clase. Vio que en este episodio Rachel demostró su conocimiento comportamental, es decir, saber cómo promulgar procedimientos y funciones, y para poner en práctica varios conceptos matemáticos (Katz y Chard, 2000). Por ejemplo, elegir sólo los osos de una colección más grande de muñecas y juguetes de peluche demostró su conocimiento comportamental del concepto matemático de clasificación. Proporcionar un plato para cada oso y un oso para cada silla demostró su conocimiento de la correspondencia uno-a-uno; ordenando a los osos en el tamaño del más grande al más pequeño mostró su conocimiento comportamental de la seriación. Tiffany también demostró su conocimiento comportamental de la seriación doble reordenando las cucharas para que se corresponda con el tamaño de los osos después de que Rachel había colocado las cucharas al azar. Más importante, sin embargo, Tiffany demostró su capacidad de verbalizar lo que había que hacer para que cada oso recibió el tamaño apropiado de la cuchara. Conciencia elevada del contexto matemático de la interacción entre los dos hijos de Laura le ayudó a reconocer las diferentes etapas que habían alcanzado en el desarrollo de su conocimiento de la seriación. Ella también se dio cuenta de que los niños pequeños expresan sus conocimientos matemáticos en una variedad de contextos que no necesariamente están relacionados con "actividades de matemáticas." Como resultado, ella podría planificar individualmente experiencias de aprendizaje apropiadas para ellos, así como las experiencias conjuntas donde podían aprender unos de otros. Ella también podría fomentar el aprendizaje matemático informal mediante la creación de un ambiente rico en matemáticas y involucrar a los niños en conversaciones matemáticas en su interacción con el medio ambiente.

Aprender a usar el lenguaje para guiar la construcción de Niños de conceptos matemáticos

La siguiente etapa de crecimiento profesional de Laura estuvo marcado por un cambio en su comprensión del papel de los docentes en el aprendizaje de conceptos matemáticos de los niños en edad preescolar.Tradicionalmente, el énfasis en los entornos preescolares ha estado en cómo se adquieren los conceptos, no en lo que se debe enseñar. Kagan (citado en Jacobson, 1998, p. 12) señaló: "Nos hemos acercado [educación inicial] más desde la perspectiva del desarrollo y no desde las perspectivas curriculares. Necesitamos ambas cosas."
El paradigma constructivista basado en la teoría del desarrollo cognitivo de Piaget ha proporcionado durante mucho tiempo el marco teórico para la práctica educativa en la que los niños adquieren conceptos a través de la participación activa con el entorno y construyen sus propios conocimientos a medida que exploraban sus alrededores. La aplicación de esta teoría a las matemáticas ha llevado a la utilización de materiales manipulativos que permiten a los niños a contar, participar en el aprendizaje activo y desarrollar conceptos (Kaplan, Yamamoto, y Ginsberg, 1989). El profesor se ha visto que tomar el papel de proporcionar una variedad de materiales y la organización de un ambiente rico en materiales y opciones. Sin embargo, en la versión revisada de los principios de la práctica apropiada al desarrollo (Bredekamp y Copple, 1997), la Asociación Nacional para la Educación de Niños Pequeños (NAEYC) líderes reconoció que el énfasis en proporcionar una variedad de opciones en el salón de clase y evitando la enseñanza niños habilidades específicas se ha malinterpretado. Como resultado de ello, en ambientes preescolares, materiales manipulativos se utilizan normalmente en una forma no sistemática que permite la asignación al azar doble: uno que ver con el aspecto del material manipulativo per se y el otro determinado por las variaciones en la disposición de los niños para registrarlos ( Feuerstein y Feuerstein, 1991). Esta aleatorización puede haber impedido el aprendizaje conceptual de bienes que se produzcan por un número de niños que podrían haberse incluido en las actividades planificadas para el aprendizaje. Aunque el aprendizaje de alta calidad en los años preescolares es a menudo informal, esta informalidad no implica un programa planificado o no sistemático. Aprendizaje de las matemáticas en los preescolares deben reflexionar, debe incluir oportunidades para el aprendizaje activo, y debe ser rico en lenguaje matemático. Más recientemente, (2000) los estándares del NCTM abordaron la cuestión de contenido matemático, proceso matemático, y la importancia de la introducción de los niños al lenguaje y las convenciones de las matemáticas.
Así, el papel del profesor en el aprendizaje activo se ha visto más recientemente como cruciales. El profesor es el facilitador que crea un ambiente de aprendizaje que es matemáticamente empoderamiento (NCTM, 1991). El marco teórico que informó de este cambio fue (1978, 1986) la teoría socio-constructivista de Vygotsky del desarrollo cognitivo. En esta teoría, el aprendizaje es más probable que ocurra si los adultos o niños mayores median las experiencias de aprendizaje de los niños pequeños (Baroody, 2000). Vygotsky creía en un continuo de aprendizaje caracterizado por la distancia entre la capacidad del niño para resolver un problema de forma independiente y su capacidad "máxima asistida" de resolución de problemas bajo la orientación de adultos o compañeros más experimentados. Él llamó a esta zona en la que el verdadero aprendizaje se produce la "zona de desarrollo próximo" (ZDP). El papel del profesor, por lo tanto, es proporcionar "asistencia andamio" (Berk y Winsler, 1995), lo que implica una modificación continua de las tareas con el fin de proporcionar el nivel apropiado de desafío que le permite al niño a aprender. El adulto cambia la calidad de la ayuda a través de una sesión de enseñanza, el ajuste de la ayuda para adaptarse a nivel de rendimiento (Berk y Winsler, 1995) del niño. Los niños aprenden a través de, naturalistas, experiencias activas de aprendizaje significativas. El adulto debe basarse en este conocimiento y llevar a los niños a los niveles más altos de comprensión.
Habiendo adoptado el punto de vista de Vygotsky del aprendizaje, Laura empezó a darse cuenta de que ella debe decidir qué nuevas oportunidades, no sólo materiales, pero lo más importante, las interacciones que tenía que proveer para Rachel, Tiffany, y el resto de los niños de su clase. Sólo entonces pudo desarrollar y ampliar su comprensión de las matemáticas de manera significativa. Ella escribió en su diario:
Necesito que el entorno físico en mi clase de matemáticas más ricos. El mobiliario es de tamaño infantil y fácilmente adaptable para acomodar el trabajo cooperativo. Hay espacio adecuado y cómodo en el piso parcialmente alfombrado para explorar, construir y trabajar con materiales concretos. Materiales manipulativos de matemáticas y se almacenan en contenedores claros en la fotografía de la etiqueta, estantes abiertos y son de fácil acceso a los niños. Es mi intención ahora para aumentar la comprensión matemática de los niños, ayudando a su construcción del conocimiento en uno-a-uno correspondencia, clasificación y seriación.
Para guiar el aprendizaje de los conceptos que se muestran durante el episodio de juego libre de los niños, Laura comenzó a ver la necesidad de participar en una variedad de situaciones que crean un lenguaje común en relación con las matemáticas (Franke y Kazemi, 2001). Por ejemplo, hemos sido capaces de observar sus conversaciones diarias con los niños que participan comparaciones de opuestos durante el tiempo de elección.Los niños y el profesor hablaba de que los bloques eran más grandes o más pequeños, que bloquea encajan en las estanterías los mejores: pequeña, mediana o grande. También hicieron un hábito diario para discutir orden: quién fue la primera persona en la línea, que era la segunda persona de la fila, que era la última persona de la fila o el furgón de cola, la persona merienda.
El lenguaje permite la adquisición de nueva información, así como la apropiación de ideas y procesos (Bodrova y Leong, 1996) complejos. Preguntas abiertas puede estimular el pensamiento ampliado. "¿Qué más?" y "Me pregunto qué pasaría si" puede llamar la atención de los niños a nuevas formas de pensar y de interactuar. Kamii (1982) explica que es importante permitir a los niños que están construyendo su propio conocimiento matemático para que lo hagan sin el maestro reforzar el "derecho-ness", o la corrección de la "incorrección" de la respuesta del niño. El desacuerdo con sus compañeros puede ayudar al niño a un nuevo examen de la corrección de su propio pensamiento. Las interacciones sociales a través de juegos de grupo son una fuente excelente de la construcción de nuevas ideas matemáticas y pueden llevar a los niños a hacer nuevas conexiones y ampliar su propio razonamiento. Esta interacción les ayuda a ser más independientes y menos dependientes del profesor como la única fuente de respuestas.
Si se organizaron y se basan en la secuencia de desarrollo de los conceptos matemáticos de situaciones de aprendizaje, el currículo reflejaría estado actual de los niños de la comprensión y ofrecería posibilidades de desarrollo a paso de cada niño. Según Katz y Chard (2000), la comprensión de "cómo se desarrolla el conocimiento, lo que ellos [los niños] pueden entender, y cómo entienden sus experiencias como avanza el desarrollo es otra base para la planificación del currículo" (p. 26). Así que tomar tanto Rachel y Tiffany de comportamiento para el conocimiento representacional (es decir, las representaciones mentales o simbólicas de los conceptos extraídos de experiencias directas y / o indirectas), Laura tenía que planear cuidadosamente no sólo la distribución física de su salón de clases, pero lo más importante de sus interacciones con ellos a fin de ayudar a su progreso a través de las etapas de la representación de los conceptos matemáticos.

Aprender a evaluar la comprensión de los niños de los conceptos matemáticos

Como la mayoría de los educadores, Laura estaba buscando formas de mejorar la alineación del plan de estudios, la instrucción y la evaluación. Mientras trabajaba en su proyecto de maestría, ella comenzó a pensar en un nivel superior sobre la conexión entre el currículo y la evaluación. Se dio cuenta de que si el propósito de la evaluación era permitir a los profesores a tomar decisiones adecuadas para mejorar la comprensión y el aprendizaje de conceptos matemáticos, entonces su propio conocimiento profundo de estos conceptos clave de los alumnos, hechos, principios y procesos era esencial para la planificación de currículo apropiado y experiencias en el aula. Así que ser capaz de guiar el aprendizaje de conceptos matemáticos de los niños, que tenía que estar conectados a tierra a fondo en la secuencia de desarrollo de los conceptos que los niños aprenden. Sólo entonces pudo evaluar el nivel actual de comprensión de los niños de los conceptos matemáticos y las experiencias de planes en su zona de desarrollo próximo.
Laura se dio cuenta, sin embargo, que el conocimiento teórico no era suficiente para la enseñanza eficaz; que iba a necesitar herramientas apropiadas para evaluar este tipo de aprendizaje. Evaluación y documentación del trabajo infantil podrían ayudar a su plan de desarrollo apropiado y, más importante aún, las experiencias individuales apropiadas que promuevan el aprendizaje de los niños. Es bien aceptado entre los profesionales de la primera infancia que la observación es el método más apropiado para evaluar a los niños en edad preescolar y que el juego ofrece un contexto ideal para la observación de los niños y determinar su conocimiento y comprensión (Garvey, 1990; Howes, 1992).
Las secciones siguientes describen cómo Laura utiliza los conocimientos teóricos acerca de la secuencia de desarrollo de los conceptos matemáticos que se demuestra por Rachel y Tiffany en el episodio de juego para evaluar y guiar el aprendizaje de estos conceptos a todos los estudiantes. Estos conceptos son: (1) aparejar y la correspondencia uno-a-uno, (2) conjuntos y clasificación, y (3) el orden y la seriación. Desarrollo de los niños de estos conceptos se desarrolla en varias etapas. Hemos recopilado estas etapas en una lista de control, y Laura utilizamos esta lista de verificación en su trabajo.

Concepto # 1: Matching y One-to-One Correspondencia

Como se mencionó anteriormente, la colocación de una placa para cada oso de Rachel demostró su comprensión del concepto del aparejar y la correspondencia uno-a-uno. Por lo general, los niños de entre 2 y 4 años de edad desarrollan este entendimiento a través de las relaciones de "más-menos lo mismo" (Brush, 1972; Gelman y Gallistel, 1978). Matching es un requisito previo para la conservación, sino que es uno de los conceptos matemáticos más tempranos para desarrollar y constituye la base para el desarrollo del pensamiento lógico.Uno-a-uno es el componente fundamental del concepto de número. Es el entendimiento de que un grupo tiene el mismo número de cosas que otro. Es preliminar para contar y de base a la comprensión de la equivalencia y el concepto de conservación del número (Charlesworth y Lind, 1999; Montague-Smith, 1997). Una vez que los niños entiendan básica correspondencia uno-a-uno, pueden aplicar este concepto a las actividades de más alto nivel que implican la equivalencia y la idea de "más o menos" (véase el Apéndice I).
Usando la lista, Laura pudo identificar la etapa de entendimiento de Raquel del concepto de correspondencia uno-a-uno como de "juego incluso series de artículos que están relacionados o van de la mano, pero no son iguales." Para apoyar y guiar el aprendizaje de Rachel al siguiente nivel del mismo concepto, Laura proporciona oportunidades para que ella coincida con conjuntos desiguales de cinco o más artículos. Ella utilizó cada oportunidad para unirse a Rachel en la zona de juegos de limpieza. El uso de objetos cotidianos (tanto en uniforme y cantidades impares) con el que Rachel estaba familiarizado, como tazas y platos, cucharas y tenedores, palas y baldes, o conjuntos de animales de plástico, Laura pudo identificar la capacidad de Rachel para que coincida con los elementos que son iguales o no sea igual. Cuando el uso de Rachel de estos materiales no indicaba un patrón claro, Laura hizo preguntas específicas. Por ejemplo, Laura llevó en algunos animales de plástico para añadir a los osos de peluche y utiliza pequeños contenedores. En un momento oportuno en el juego, le pidió a Rachel para encontrar un animal por cada contenedor. Después de repetidas interacciones de esta naturaleza, Laura observó Rachel jugando en la mesa del agua, colocando una rana en cada hoja de plástico en el agua. Laura también señaló que en la mesa de la merienda Rachel colocó cuidadosamente una taza al lado de una servilleta de papel para cada niño.
Para tomar Rachel de comportamiento para el conocimiento representacional, Laura tuvo la precaución de usar un lenguaje relacionado con el concepto de aparejar y la correspondencia uno-a-uno. Interacciones sociales ricas con los profesores y compañeros más competentes pueden contribuir a las oportunidades de los niños para el aprendizaje y el desarrollo del conocimiento del comportamiento en conocimiento representacional. Capacidad de los niños a utilizar palabras como no es suficiente y demasiados mostraría el más alto nivel de su comprensión de aparejar y la correspondencia uno-a-uno. La utilización de la literatura infantil también facilitó el desarrollo del lenguaje en relación con los conceptos matemáticos.
Debido a que la correspondencia uno-a-uno significa que un grupo tiene el mismo número de cosas que otro, la meta de Laura era ayudar no sólo a Rachel, pero todos los niños de su clase para ver la relación en cualquier conjunto de materiales. Como resultado, Laura convierte el tiempo de limpieza a una importante "tiempo de matemáticas" mediante la introducción de un juego de correspondencias. Ella pidió a los niños para colocar un objeto en un contenedor o en un estante. Al hacer esta actividad, que eran para que coincida con un objeto a otro, objeto de imagen y una imagen a otra (véase el Apéndice I). También presentó varios juegos comerciales y actividades que coinciden con el docente y las disponibles para los niños en tiempo de elección. Las actividades hechas por los maestros incluyen cestas de pequeños objetos, bandejas divididas, tenazas (opcional, dependiendo de las habilidades motoras finas de cada niño), y un uno-a través de tres o uno-a través-de seis a morir. Estas actividades se introdujo el concepto de juego: un objeto entra en una sección de la bandeja. Una de las actividades que los niños de Laura gustó fue tomando canicas de una cesta con una bola de melón y poniendo un mármol en cada compartimiento de una bandeja de cubitos de hielo. Laura escribió en su diario: "Esta actividad es tan popular que tengo que tomar los nombres de una lista de espera para aquellos niños que quieren hacer el juego de mármol y otra vez."
Mientras los niños se volvieron más competentes en sus habilidades de uno-a-uno correspondencia, Laura introdujo la red y los juegos de camino corto. Juegos de malla son las tarjetas de tipo bingo (sin letras o números) que se usan en combinación con los dados o ruletas y contadores (Moomaw y Hieronymus, 1995).Teddy Bear Bingo y Candy Land Bingo son ejemplos de juegos de la red comercial. Estos juegos permiten a Laura para observar los diferentes niveles en los que los niños estaban en relación con el nivel de desarrollo de aparejar y la correspondencia uno-a-uno. Para algunos niños, contando los pips en los dados fue un reto, sino que haga doble cuentan o se omiten pips. Rachel, por ejemplo, contaba seis como "uno, dos, tres,. Uno dos tres" Para otros, el conteo no presentó un problema. Fueron incluso capaces de utilizar el lenguaje matemático, no sólo para explicar lo que estaban haciendo, sino también para predecir lo que necesitaban para ganar el juego. Megan dijo: "Yo tengo seis, ahora sólo tengo tres más para ir", y Tiffany dijo, "Uno y dos son tres, ahora tengo cuatro más." Habiendo observado Tiffany, Laura le preguntó si le gustaría jugar el juego cuadrícula con Rachel. Tiffany, que disfrutó el juego tremendamente y estaba buscando todas las oportunidades disponibles para jugar él, estuvo de acuerdo. Durante la interacción entre los dos niños, Tiffany dijo a Rachel, "Esto no es cómo se cuenten estos! Mira. Usted va como esto (señalando cada pip con un lápiz y decir uno, dos, tres, cuatro, cinco)." Después de varias repeticiones, Rachel pudo contar con su propia a seis.
En los juegos de camino, los niños tiran un dado o dados para avanzar en un motor en un camino de espacios claramente separados. Moomaw y Hieronymus (1995) afirman que "los juegos de camino incorporan las estrategias de pensamiento necesarias para los juegos de la red a un nivel más difícil y hacer más hincapié en las interacciones sociales con los profesores y compañeros" (p. 117). El primer juego de corto recorrido cubrió el camino con fichas de bingo para ayudar a la ardilla encontrar algunos frutos secos. Los dados de un medio y seis fueron utilizados (Figura 1). Todos los niños eran capaces de entender el concepto del juego de corto recorrido con salida y meta.
mesa de matemáticas
Figura 1.La tabla de matemáticas se prepara para el juego corto ardilla camino.
La próxima actividad de corto recorrido era más compleja. El juego de la serpiente utiliza cubos unifix como contadores y utilizó el de un medio y seis spinner. El juego de la serpiente era más difícil para los niños que aún no dominaban la capacidad para que coincida con los conjuntos irregulares con cinco o más artículos. Raquel, por ejemplo, tenía dificultad para que coincida con el cubo unifix con su correspondiente plaza. Las plazas siguieron una "s" forma, y ​​la forma de la confundían. Saltó plazas y perdió la cuenta cuando ella estaba añadiendo cubos. No pudo terminar el juego. Tiffany, por otra parte, ya era capaz de predecir, "Tengo tres, y ahora sólo tengo uno más!" Ella también contó plazas para ver cuántos había dejado antes de que fuera terminado. Ella jugó el juego varias veces con gran entusiasmo. Sabiendo que Tiffany tuvo éxito en ayudar a Rachel a aprender cómo contar las pepitas en los dados a seis, Laura, una vez más le pido que jugar con Rachel.Esta vez Tiffany utilizó una estrategia diferente para mostrar Rachel lo que tenía que hacer. Ella dijo: "Rachel, sólo hay que poner el dedo en la siguiente casilla y luego mover el cubo." Aunque Rachel aprendió rápidamente cómo seguir la trayectoria curva, el reconocimiento de los números en la ruleta sigue siendo un problema.Tiffany decidió que tendría que decirle cuántos cuadrados que necesita para mover su cubo. Rachel estaba feliz de tener Tiffany la ayudara.

Concepto # 2: Temprano Clasificación: Creación de conjuntos

En su recreación de la historia de Ricitos de Oro, Rachel demostró su comprensión de la clasificación cuando vio la similitud de los osos, independientemente de su tamaño. Según Sugarman (1983), "existe clasificación cuando dos o más eventos discretos se tratan como equivalentes" (p. 4). Esta clasificación conduce al reconocimiento de que un grupo de objetos es parte de un grupo más grande. Sin embargo, algunas personas pueden tratar algunos objetos o grupos de objetos como equivalentes por razones diferentes.
Usando la lista, Laura determinado que Rachel tenía conocimiento del comportamiento de la clasificación por la asociación y que ella demostró un cierto conocimiento de la inclusión de clases. Así, para guiar el aprendizaje de Rachel de este concepto, Laura necesitaba involucrar a Rachel en una actividad que ayude a entender el concepto de clase: la inclusión. La merienda presentó esa oportunidad. Al hacer una ensalada de frutas, Laura preguntó Rachel, "Tenemos manzanas y plátanos en esta ensalada de frutas; podríamos añadir cualquier otra fruta?" Tiempo de limpieza también proporcionó a Laura con la oportunidad de hacer Rachel poner todos los animales en una sola caja. Unos días más tarde, los niños estaban fingiendo ir a un picnic, y Laura escuchó a Rachel dice a los niños: "Tenemos que poner todos los alimentos en la canasta de picnic." Como uno de los otros niños ponen la comida en la cesta, Rachel cogió una variedad de juguetes y los colocó en otra caja para llevar al picnic. Durante el "día de campo" Laura "accidentalmente" colocó un balón en la canasta de picnic, y fue reprendido por Rachel, quien dijo: "Eso no va en la canasta de picnic."
Laura se dio cuenta de que en cada uno de los niveles del desarrollo del concepto, es importante que hable con Raquel y le pidió que se describen a continuación, explicar lo que había hecho. Vygotsky creía que los niños llegan a ser capaces de pensar, ya que hablar (Bodrova y Leong, 1996). Cuando un niño demuestra comprensión del comportamiento de un concepto y describió lo que él o ella había representado, Laura se aseguró de que ella habló con el niño para determinar que ella también era capaz de explicar sus acciones. Esta discusión se aseguró de que el niño realmente había entendido el concepto y no se limita a la repetición de palabras sin entendimiento real. El uso del lenguaje en la actividad compartida permite al niño construir significado y también para demostrar un mayor nivel de comprensión del concepto.
La mayoría de los niños muy pequeños tienen la capacidad de clasificar objetos. Sin embargo, los niños pequeños no necesariamente saben los nombres de los colores, formas, materiales, etc. Esta falta de vocabulario puede ser confundido por falta de conocimiento o habilidad para clasificar por un atributo. Así que el profesor debe pedir a los niños pequeños para clasificar no usar un color o forma específica, sino más bien el uso de preguntas generales, tales como "¿Puedes encontrar algo que sea del mismo color (o la forma o el tamaño o material, etc) como éste?" Cuando los niños demuestran que pueden clasificar por dos o más atributos, que ya han adquirido el vocabulario para describir las características específicas del objeto. Así es entonces apropiado para que el profesor pida a los niños: "¿Puedes encontrar algo que es rojo y largo?"
Para ayudar a Rachel a desarrollar la capacidad de clasificar por la función o de la asociación, durante el tiempo de limpieza Laura le preguntó: "¿Se puede poner las cosas que se dibujan de forma conjunta en este cuadro, por favor?" o "¿Puedes encontrar en el centro de juegos de todas las cosas que un médico usa y ponerlos en un lugar, por favor?" Durante el juego dramático, Laura preguntó a los niños a recoger todo lo necesario para establecer una tienda de comestibles para que Ricitos de oro podría comprar más víveres para hacer gachas para los osos. Aunque no es habitual que los niños preescolares tienen una comprensión clara de la inclusión de clases y la exclusión, cuando preguntas específicas, algunos pueden demostrar comprensión parcial del concepto. Ellos son particularmente propensos a entender cuando la inclusión de clases tiene que ver con las experiencias personales, como visitar el consultorio de un médico, ir a la tienda de comestibles, o cultivar un huerto con los padres (véase el Apéndice II).
Gráfica es una forma más compleja de la clasificación. Gráficos de barras de grupos simples son apropiadas para el desarrollo preescolar y permiten a los niños a trabajar juntos y aprender unos de otros. Los gráficos de barras que muestran información claramente dan a los niños a practicar en la creación y comparar conjuntos:
Un buen gráfico surge del deseo natural de los niños para compartir información con sus pares, cuantificar los resultados, y comparar los resultados. Los gráficos pueden ser especialmente motivando a los niños cognitivamente avanzados, ya que provocan un alto nivel de pensamiento.(Moomaw y Hieronymus, 1995, p. 170)
Al acercarse Halloween, Laura dedica a los niños en las representaciones gráficas basadas en las predicciones.Ella introdujo calabazas con un gráfico titulado "¿Cómo los Pumpkins Cultivar?" (Figura 2). Calabazas crecientes diversas maneras ilustran las opciones: en un árbol de la calabaza, en un arbusto de calabaza, en una vid, ni debajo de la tierra. Nombres de los niños estaban en rectángulos de cartón y disponible para ellos para elegir.Laura llamó a los niños mayores de forma individual y presentó a cada elección de nuevo y les pidió que poner su nombre por la forma en que pensaban calabazas crecían.
Esta actividad mostró una vez más que los niños pequeños pensar diferente o no tienen conocimiento asumido por los adultos. La mayoría de los niños decidieron correctamente que las calabazas crecen en vides. Sid, sin embargo, declaró: "Las calabazas crecen bajo tierra como las papas." Jamie también eligió subterráneo, pero no pudo explicar su elección. Cuando se le preguntó, ella dijo, "Porque ellos [calabazas] hacen". Después de que los niños y la maestra terminaron su discusión, Laura demostró la clase algunas fotos de un huerto de calabazas y calabazas en una vid. Ella le preguntó si alguien podía ver cómo las calabazas crecían. Todos los niños estuvieron de acuerdo en que las calabazas crecían en efecto en vides.
pantalla gráfica
Figura 2.Representación gráfica de la pantalla de "¿Cómo las calabazas crecen?"

Concepto # 3: Orden y seriación

En el episodio de juego se ha descrito anteriormente, Rachel también demostró su comprensión del comportamiento de seriación colocando sistemáticamente los osos de mayor a menor. Ordenar es un nivel más alto de comparar (ver diferencias) e implica la comparación de más de dos objetos o más de dos sets. Orden o seriación implica poner más de dos objetos o conjuntos con más de dos miembros en una secuencia. Orden también involucra la colocación de objetos en una secuencia de principio a fin, y es un requisito previo para el patrón. Ordenar es la base de nuestro sistema numérico (por ejemplo, 2 es mayor que 1, 3 es mayor que 2, etc.)
Laura vio desde la lista de comprobación de que la próxima etapa en la secuencia de desarrollo de ese concepto es el doble de la seriación. Durante el episodio de juego, Rachel no entendía este concepto, ya que demuestra cuando ella colocó las cucharas al azar y no de acuerdo con el tamaño de los osos. De hecho, cuando el niño mayor, Tiffany, le recordó que el oso más grande necesitaba la cuchara más grande, Rachel no le hizo caso, y cuando Tiffany continuó, Rachel se alejó. Historias como la de "Ricitos de Oro y los tres osos" se utilizan con frecuencia para ilustrar el concepto de doble seriación. Sin embargo, debido a Rachel no captó el concepto de la primera lectura, Laura decidió proporcionar tazas y cucharas, los animales y cuencos de diferentes tamaños que se podrían utilizar para el doble seriación. Más tarde en el año escolar, Laura notó Rachel explicar el concepto de doble seriación a Emily de la misma manera que Tiffany había tratado de explicar el concepto a Rachel. Laura escuchó Emily finalmente exclamar: "Ya entiendo-el gran plato va con el perro grande!" Compañeros competentes pueden modelar conceptos y el aprendizaje de guía para el niño menos competente durante las actividades compartidas. Actividad comunitaria obliga a los participantes a clarificar y elaborar su pensamiento (Bodrova y Leong, 1996).
Laura también participan todos los niños de las experiencias que podrían ayudar a ganar tanto el conocimiento del comportamiento y de representación del concepto de orden y la seriación de aprendizaje. Estos incluyen pedir a los niños a la línea de altura antes de salir a jugar, poner personajes en sus pinturas de acuerdo a su tamaño, seriating sonidos del más fuerte al más suave, y objetos para colorear de acuerdo a su color de claro al más oscuro, o viceversa. La secuenciación de sucesos en un viaje de campo fue otra experiencia de aprendizaje Laura proporciona para sus estudiantes que se relacionan con la comprensión de la seriación. Además, Laura era de conciencia sobre el uso de un lenguaje matemático cuando los niños estaban jugando con bloques, tazas de anidación, y así sucesivamente. Algunas preguntas específicas preguntó decirlo, "¿Puedes encontrar un bloque que es más pequeño que esto?" o "¿Puedes encontrar algo que es más grande que esta copa?" Mientras jugaba con vehículos de juguete, le preguntó al niño a poner los coches en orden del más grande al más pequeño o el más pequeño al más grande. Laura también trajo al aula su propia colección de 17 piñas-desde conos gigantes Sequoia de California a muy pequeñas piñas de plantones de árboles de hoja perenne. Los niños estaban emocionados de aprender dónde las recopila y cómo los diferentes tipos de pinos tienen diferentes tamaños piñas. Disfrutaron de ponerlos en orden desde el más pequeño hasta el más grande y viceversa. Aunque la mayoría de los niños utilizan ensayo y error para ponerlos en orden, casi todos ellos eran capaces de seriar por lo menos 9 de los conos del más grande al más pequeño. Un niño fue incluso capaz de seriar los 17 de ellos.Seriating en orden inverso es más difícil y requiere una gran cantidad de indicaciones verbales por parte del profesor. La inclusión de vocabulario como primera, segunda, tercera, y así sucesivamente ayudaron a los niños a desarrollar el conocimiento representacional de seriación (véase el Apéndice III).

El uso de las listas de verificación

Cuando los maestros continuamente monitorean y evalúan la comprensión de los niños, que pueden aprovechar los conocimientos de los niños en contextos que son significativos para los niños. Las listas de control proporcionado un medio para trazar la comprensión infantil de algunos conceptos matemáticos en el aula preescolar de Laura. Laura utiliza estas listas no evaluar o determinar el dominio sino también para reunir la información que podría ser utilizada para el desarrollo curricular. Usó estas listas para identificar las etapas específicas del desarrollo de los conceptos en cada niño y luego planificar los materiales apropiados y experiencias de aprendizaje para andamio aprendizaje de los niños en la zona de desarrollo próximo de ese concepto. Laura tuvo cuidado de señalar que además de demostrar la comprensión del comportamiento de los niños también fueron capaces de describir y explicar sus acciones. Explicaciones de sus acciones de los niños ayudaron a Laura determinar que no era cierta comprensión del concepto y que no se limitan a repetir palabras sin entendimiento real. La evaluación continua le permitió controlar el progreso individual de los niños y por lo tanto se centran en orientar el aprendizaje de estos conceptos de los niños. Las listas de verificación ayudaron a Laura a tomar decisiones acerca de la provisión de actividades apropiadas para el desarrollo de los niños con los que trabajaba. Ella escribió en su diario:
La lista de control me ayudó a organizar mis lecciones de una manera lógica de lo simple a lo más complejo. Aprendí a ser un observador cuidadoso y escucha a los niños no sólo en la mesa de las matemáticas, sino también durante la elección libre y tiempo de juego. Tuve la oportunidad de adaptarse a las necesidades individuales de los niños en diversas actividades de pre-matemáticas.Me alineado plan de estudios y la evaluación de darme una idea más sólida de las etapas de desarrollo de los conceptos matemáticos de juego y uno-a-uno correspondencia, clasificación y seriación.
El uso sistemático y flexible de las listas de verificación en cualquier aula de preescolar puede facilitar la toma de decisiones de los profesores acerca de cómo configurar el aula, qué preguntas hacer y qué recursos proveer para el desarrollo de cada niño (Helm, Beneke, y Steinheimer, 1997) . Al igual que Laura, otros profesores pueden utilizar estas listas de control, mientras que la observación de pequeños grupos de niños que trabajan juntos o cada niño que participa en una actividad. Las listas también se pueden utilizar para las entrevistas individuales para evaluar los niños que no demuestran comprensión mientras se trabaja de forma independiente o en grupo. Además, las listas de verificación se pueden utilizar para las evaluaciones de desempeño para determinar cómo los niños realizan tareas específicas que se replican las experiencias de la vida real (Billman y Sherman, 1996).
Los profesores pueden utilizar las listas de control con la frecuencia que consideren necesaria para trazar el desarrollo y la comprensión de los conceptos de los niños. Para determinar el nivel de entendimiento a principios de año, la lista de control se puede utilizar en las primeras semanas del programa. Sería de gran ayuda para llevar a cabo esta evaluación para todos los niños durante las actividades de libre elección. El papel del maestro entonces podría ser la de proporcionar una variedad de materiales que permiten a los niños a demostrar de forma espontánea y naturalmente su conocimiento del comportamiento de los conceptos matemáticos. Esta información inicial podría entonces ser utilizada para decidir qué experiencias pueden ser útiles para los niños individuales y para pequeños grupos de niños que necesitan experiencias similares. Después de proporcionar oportunidades para que los niños demuestran su conocimiento del comportamiento a través de la participación activa con los materiales, los profesores necesitan para interactuar con los niños. Cuando los maestros usan el lenguaje de las matemáticas en tales interacciones, los niños se les ayuda a pasar de un nivel de conocimiento del comportamiento a la siguiente o de entendimiento comportamental al representacional del concepto. Laura se dio cuenta de que el aumento de la concienciación general de los niños de matemáticas llevó a muchos usos más espontáneos de habilidades matemáticas en el aula. Ella escribió en su diario:
Animales de plástico se clasificaron y seriadas. Bloques de colores fueron utilizados para hacer los patrones geométricos intrincados. Los bloques de construcción se utilizaron en formas cada vez más complejas. Edificio con los bloques en el inicio del año escolar fue de un solo nivelado y lineal. A medida que el proyecto avanzaba y los niños se hizo más competentes, construir con bloques se convirtió en varios niveles y más abstracta. Los números naturales se contaron muchas veces durante el día con los niños más capaces que ayudan a sus amigos menos capaces identificar los nombres de los símbolos numéricos. Este aumento de la conciencia matemática trasladada a los hogares de algunos niños. Varios padres me dijeron que sus hijos habían llegado a ser muy interesado en las matemáticas fuera de la escuela. La madre de Megan, por ejemplo, me dijo que ella estaba patrones "todo": zapatos, latas de la familia en el armario, cereales, dulces, e incluso juguetes de su hermano pequeño.
La utilización periódica y sistemática de las listas de verificación es necesaria para supervisar el desarrollo de los conceptos en cada niño. Citas observaciones durante el uso de las listas de comprobación proporciona un registro del crecimiento y desarrollo de cada niño y ayuda a identificar a los niños con niveles similares de conocimiento en un momento dado. Este proceso informa a las decisiones del profesor sobre la necesidad de guiar el proceso de aprendizaje de cada niño. "Las evaluaciones de calidad informan las decisiones de enseñanza y permiten a los maestros para monitorear el progreso individual de los niños mientras que se centra en cómo los niños están pensando en las matemáticas" (NTCM, 2000, p. 6). Cuando los maestros saben qué conceptos matemáticos que desean los niños a entender y las etapas por las que se desarrollan, pueden planificar experiencias de aprendizaje significativas y evaluar el progreso de los niños (Richardson y Salkeld, 1995). Como piensan los profesores para el desarrollo de los niños, sino que también debe tener en los intereses y las etapas del desarrollo de la consideración de los niños. Es fundamental para que haya tiempo para el juego libre los niños que les permite explorar los conceptos matemáticos. Mientras que los niños se dedican a una actividad, el profesor puede observar a continuación, participar activamente en la orientación de su aprendizaje. Esta interacción ayudará progreso de los niños del entendimiento comportamental al representacional de conceptos matemáticos. Así, el uso flexible y sistemática de las listas de comprobación proporcionadas aquí puede facilitar el desarrollo de los maestros de preescolar conocimiento matemático de los niños. También proporcionan un medio para que los maestros examinen sistemáticamente su propia práctica y tomar decisiones informadas sobre las necesidades de aprendizaje matemático de los niños individuales. El siguiente asiento comunica claramente propio sentido de crecimiento profesional de Laura:
Durante este proyecto, he desarrollado habilidades como investigador. Estudié sistemáticamente mi propia práctica y de hacer muchos ajustes para acomodar mis habilidades matemáticas recién descubiertas. Me convertí en experto en la planificación de las lecciones y la producción de actividades de matemáticas apropiadas para el desarrollo de los niños. Como me volví más informado y gané confianza, empecé a desarrollar mi profesional de la voz. La mayoría de los niños, sus padres y la administración de mi colegio con mucho entusiasmo recibieron la totalidad del proyecto. El entusiasmo de los niños acerca de las matemáticas era continuo.

Reconocimiento

Todas las citas del diario del profesor se incluyen con su permiso.

Referencias

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